WASHINGTON.— El CEO Elon Musk prometió que Tesla (TSLA.O) volvería a crecer este año después de registrar su primera caída en ventas en 2024. Sin embargo, las probabilidades están en su contra.
Las protestas en numerosos países contra la participación del multimillonario en el gobierno de Donald Trump y su alineación con la extrema derecha en Europa han dañado la imagen de la marca, que alguna vez lideró el mercado de vehículos eléctricos. Ese impacto se reflejó en la caída del 13% en las entregas trimestrales reportada el miércoles, el peor desempeño en casi tres años.
Ahora, inversores y analistas anticipan que Tesla volverá a ver una reducción en sus ventas este año.
«Este es nuestro primer vistazo al impacto del daño reciente a la marca, y parece ser el principal motivo de la caída en las entregas de este trimestre», dijo Gene Munster, socio gerente de Deepwater Asset Management, en X. «Estas tasas de crecimiento probablemente se deterioren aún más en los próximos meses.»
Munster estima que las entregas en 2025 serán un 9% inferiores a los 1,79 millones de vehículos reportados por Tesla el año pasado.
Más que política: la competencia avanza y Tesla se estanca
El problema no es solo político. Tesla ha sido criticada por su gama de modelos envejecida, mientras que competidores como BYD (002594.SZ) en China —donde la competencia es feroz— han lanzado modelos que desafían al exitoso Model Y. En Europa, la empresa también pierde terreno.
Tesla renovó el Model Y y comenzó a entregar las primeras unidades en China a finales de febrero, y los inversores siguen de cerca si esto ayudará a mejorar las ventas en los próximos trimestres.
Aun así, los analistas de Deutsche Bank prevén una caída del 5% en las ventas este año, suponiendo un lanzamiento escalonado del tan esperado modelo económico de Tesla. La estrategia de la compañía seguirá priorizando el volumen de entregas sobre los márgenes, con más incentivos y ofertas de financiamiento, señalaron.
Tesla aún no ha anunciado cuándo lanzará este vehículo más accesible ni su precio.
Gary Black, socio gerente de The Future Fund, advirtió que las entregas y ganancias de 2025 podrían caer aún más si el nuevo modelo resulta ser solo una versión simplificada de un auto existente, en lugar de un producto innovador que atraiga a nuevos clientes.
Los analistas de Barclays señalaron que la cifra de entregas del primer trimestre dificulta incluso alcanzar el mismo volumen de ventas en 2025 que en 2024.
El año pasado, Musk prometió un crecimiento del 20% al 30% en volumen para 2025. Sin embargo, en enero evitó reafirmar esa meta y simplemente dijo que Tesla estaba «trabajando duro» para aumentar su producción anual.
El miércoles, la compañía atribuyó la caída en entregas a la reconfiguración de líneas de producción en sus cuatro fábricas para actualizar el Model Y, lo que habría provocado semanas de inactividad. Tesla no respondió a solicitudes de comentarios.
Deterioro de la marca
El jueves, las acciones de Tesla cerraron con una caída del 5,5%, luego de fuertes oscilaciones el miércoles tras el anuncio de nuevos aranceles de Trump y la publicación de los datos de entregas.
Desde su pico de $488,54 en diciembre, las acciones han perdido un 45% de su valor, aunque Musk sigue siendo la persona más rica del mundo, según Forbes.
Musk ha reconocido que los aranceles aumentarán los costos para Tesla, ya que la empresa importa grandes cantidades de materiales para la producción de baterías.
Analistas de Morningstar estimaron que estos impuestos podrían incrementar entre un 5% y 10% el costo de fabricación de los vehículos de Tesla.
Sin embargo, la mayor amenaza podría ser la imagen pública de Musk. Su respaldo a la extrema derecha en Europa y su papel como asesor de Trump en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) —donde supervisa drásticos recortes en la fuerza laboral federal y en fondos para proyectos humanitarios— han generado un creciente rechazo.
Los vehículos, concesionarios y estaciones de carga de Tesla han sido vandalizados, lo que llevó a la administración de Trump a iniciar investigaciones y amenazar con medidas severas.
El sábado, cientos de manifestantes se reunieron frente a un concesionario al este de San Francisco con pancartas y megáfonos, pidiendo un boicot a Tesla. Muchos conductores tocaban la bocina en señal de apoyo.
«Pudo haber buscado eficiencia, pero en su lugar solo despidió a la gente», dijo Rachelle Mazar, una enfermera jubilada de 66 años que asistió a la protesta. «Es una fuerza muy peligrosa en nuestro país ahora mismo», agregó, sosteniendo un cartel que decía «Deshazte de Tesla».
Según Politico, Musk estaría considerando renunciar antes de lo previsto a su cargo en DOGE, aunque la Casa Blanca aclaró que dejará el puesto cuando complete su trabajo.
El analista de Wedbush, Dan Ives, un conocido defensor de Tesla, advirtió que la implicación de Musk en el gobierno de Trump «no es sostenible», y que cuanto más tiempo permanezca en DOGE, mayor será el riesgo para Tesla, con la posibilidad de sufrir un daño permanente a su marca.