BOGOTÁ.- Miles de personas volvieron este lunes a las calles de las principales ciudades de Colombia para protestar contra las políticas del Gobierno, la brutalidad policial y las masacres, que han recrudecido en ese país.
La jornada mayoritariamente pacífica que fue convocada por diferentes sectores, terminó con enfrentamientos entre encapuchados y policías antidisturbios en Bogotá.
“El Gobierno Nacional respeta la manifestación pacífica, pero no puede permitir la violencia y el vandalismo. Policía de Colombia actuó para proteger a los ciudadanos, así como la infraestructura pública y privada ante los actos vandálicos y violentos en la Plaza de Bolivar” y en las calles aledañas, indicó el encargado de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, en su cuenta de Twitter.
Según el ministro Trujillo, los “vándalos” que en este momento se desconoce si participaban de la manifestación o se infiltraron en la misma para generar caos, rompieron algunos adoquines de la Plaza de Bolivar “para lanzarle pedazos de concreto a los integrantes de la Policía”, por lo que reclamó que subrayó que “eso no es manifestación pacífica” y “reclamo que “la calma y el orden deben imperar”.
La jornada fue convocada por el Comité Nacional del Paro para rechazar la política social y económica del Gobierno del presidente Iván Duque, y la violencia policial encarnada en la muerte de Javier Ordóñez y más de diez personas más muertes entre el 9 y el 10 de septiembre.
Igualmente, los manifestantes mostraron su rechazo a la violencia que afecta al país, en especial a las masacres que este año se han cobrado la vida de decenas de personas en las regiones rurales, así como los asesinatos de líderes sociales.
Estas manifestaciones tenían como objeto retomar las multitudinarias protestas de noviembre del año pasado, pero a diferencia de lo ocurrido en 2019 no se vieron grandes concentraciones por la pandemia del COVID-19.
Entre los reclamos hechos durante la jornada se incluyó el préstamo que por 370 millones de dólares ofreció el Gobierno a Avianca en el marco de la reestructuración que realiza la aerolínea amparada en el Capítulo 11 de la ley de bancarrota de Estados Unidos, a la cual se acogió la aerolínea en mayo pasado.