MANILA.— Se llevarán a cabo maniobras en el área operativa de las fuerzas navales de Filipinas, al sur de la isla de Luzón, donde se ubica la capital Manila.
El propósito es «fortalecer aún más la cooperación internacional en defensa e impulsar un sistema internacional basado en el respeto a las leyes«, según comunicado de las Fuerzas Armadas de Filipinas.
Estos ejercicios, que tienen lugar anualmente, tienen como objetivo «ampliar las capacidades militares de nuestras fuerzas navales«, abarcando prácticas relacionadas con guerra antisubmarina, antisuperficie, antiaérea y electrónica.
Participarán en estos ejercicios no solo Estados Unidos y Filipinas, sino también las Armadas de Japón, Australia, Canadá, Reino Unido y Francia, centrados en compartir información sobre respuestas ante desastres y otros temas. Además, Nueva Zelanda e Indonesia enviarán observadores.
Los ejercicios militares entre Estados Unidos y Filipinas son habituales, en consonancia con el tratado de mutua defensa que ambos países firmaron en 1951.
Sin embargo, esta edición adquiere un matiz adicional de controversia debido a la intensificación en las relaciones de defensa entre EE. UU. y Filipinas desde el nombramiento del presidente Ferdinand Marcos Jr. el año pasado, así como las recientes tensiones con China por disputas territoriales.
China advirtió a Filipinas este martes que no debería «provocar problemas», tras el anuncio de la Guardia Costera filipina sobre la retirada de una «barrera flotante» que Manila acusó a Pekín de haber instalado en sus aguas territoriales en el mar de China Meridional.
Este episodio es el último de una serie de tensiones entre Pekín y Manila en relación con territorios en dichas aguas, incluido el atolón de Scarborough, ocupado por China en 2012 y que se encuentra dentro del área económica exclusiva de Filipinas.
China reclama la mayor parte del mar de China Meridional, incluyendo los archipiélagos Paracel y Spratly, en conflicto con las áreas económicas exclusivas de 200 millas náuticas, conforme a la legislación internacional, de países como Filipinas, Vietnam y Malasia.
A pesar de la reclamación de Pekín basada en razones históricas, en 2016 la Corte Permanente de Arbitraje falló a favor de Manila en su denuncia contra las pretensiones chinas, una decisión que China se ha negado a aceptar.