CALIFORNIA.- Un tribunal del Estado de California, Estados Unidos, condenó al grupo empresarial Monsanto a pagar una indemnización cercana a los 81 millones de dólares por “negligencia” en el diseño y presentación del polémico herbicida Roundup.
La multinacional agrícola, que ahora pertenece a la empresa farmacéutica alemana Bayer, deberá resarcir al jubilado estadounidense Edwin Hardeman quien habría desarrollado un cáncer tras fumigar su propiedad durante más de viente años con el producto que contiene glifosato.
El fallo judicial estableció que la exposición al Roundup fue un “factor determinante” en el desarrollo de la enfermedad de Hardeman, y alegó que Monsanto había actuado de forma “negligente”, pues tenía conocimiento o debería conocer los potenciales riesgos asociados a la utilización del herbicida y no hizo las advertencias sanitarias adecuadas a sus usuarios.
“El jurado responsabilizó a Monsanto por sus 40 años de conducta delictiva corporativa y le envió un mensaje que necesita cambiar la forma en que hace negocios”, aseveró la defensa de Hardeman en un comunicado.
Por su parte, la multinacional negó las acusaciones argumentando que diferentes estudios científicos independientes realizados durante décadas han demostrado que el glifosato es seguro para el uso humano.
El caso Hardeman representa el segundo fallo condenatorio relacionado al herbicida Roundup que pesa sobre Monsanto en Estados Unidos. En un juicio similar en agosto pasado, el exjardinero Dewayne Johnson también fue indemnizado por un tribunal de California que determinó la relación de su cáncer y el Roundup y estableció que la compañía actuó con “malicia”.
Ambos fallos han sentado jurisprudencia como casos testigo de cara a otras miles de demandas en juicios similares contra Monsanto en el país.
Monsanto ha alentado a los agricultores de todo el mundo y gobiernos de países en desarrollo como Colombia a utilizar su línea de productos a base de glifosato para que sus cultivos puedan cosecharse más rápido sin ningún contratiempo o para erradicar los cultivos ilícitos, respectivamente.
Existen pruebas que sostienen que Monsanto ha falsificado datos sobre la seguridad del glifosato y lo ha comercializado como “medioambientalmente seguro” y “biodegradable” para fomentar su uso. Un tribunal francés dictaminó que dichas afirmaciones eran publicidad «engañosa y falsa».

La comunidad médica ha comprobado y alertado al mundo de ello, existen varias enfermedades que se relacionan directamente con la exposición al glifosato entre las que se encuentran el Alzheimer, varios cánceres y hasta el autismo.
En otro país sudamericano, Argentina, se encontró con lo que la prensa calificó de “catástrofe sanitaria” en varias provincias del país: casos de cáncer, trastornos, malformaciones y abortos espontáneos con dos denominadores comunes: una tasa de enfermedades desorbitadas y la proximidad a las zonas de cultivo intenso que se extienden a lo largo de unos 30 millones de hectáreas por todo el país, fumigadas con glifosato.

