JERUSALÉN.- El primer ministro israelí, su esposa y su hijo fueron cuestionados por la policía en forma simultánea por el Caso 4000, que los sitúa intercambiando favores con la empresa de telecomunicaciones Bezeq y su plataforma de contenidos Walla, según medios locales.
Benjamín Netanyahu fue cuestionado por las fuerzas de seguridad en su residencia oficial en Jerusalén, mientras que Sara, su esposa, y Yahir, su hijo, lo fueron en las oficinas de la Unidad de Delincuencia Económica Nacional, en la ciudad de Lod. Allí, ellos dos fueron protagonistas de un careo con el exasesor de prensa del primer ministro y ahora testigo de Estado, Nir Hefetz. El funcionario, por su parte, tuvo que responder preguntas sobre extractos de la confesión de Hefetz, según informó el diario Maariv.
“Las unidades de investigación están llevando a cabo diversas pesquisas” con la supervisión del fiscal general del Estado, aseguró un portavoz de la Policía, quien aclaró que no pueden especificar nombres porque “la investigación está en curso”. El Caso 4000 busca esclarecer las relaciones de Netanyahu con Shaul Elovitch, el dueño de la empresa de telecomunicaciones Bezeq, ante sospechas de intercambio de favores, y de sus allegados por supuestamente ejercer presión para que la cobertura de su idiosincrasia familiar fuera abordada positivamente.
Es la segunda vez que el primer ministro declara por este asunto, pero es su noveno interrogatorio desde 2016, ya que enfrenta varios casos de corrupción. Es también sospechoso de los delitos de abuso de confianza, fraude y soborno. Él alega “falsas acusaciones” en una “campaña de persecución”.