MANAGUA.- La Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), que en 1980 conformó la agrupación armada conocida como la Contra, se unió este domingo a la Coalición Nacional, para enfrentar nuevamente al presidente, Daniel Ortega, aunque esta vez aseguró que será “sin armas”.
La Contra fue conocida por haber recibido financiamiento de Estados Unidos para combatir militarmente a los sandinistas quienes, bajo el liderazgo de Ortega, establecieron un Gobierno con características comunistas en ese país centroamericano, entre 1980 y 1990.
“Estamos enfrentando al mismo enemigo de los años 80, con una dictadura más refinada (…) el método de los 80 fue la vía armada, el método armado ya no existe, ni lo habrá tampoco, de eso quedemos claros”, dijo el líder de FDN, Luis Fley.
Comandante Luis Fley: «La lucha armada ya no es una opción» pic.twitter.com/3ZbjVcdyeT
— Alianza Cívica Nicaragua (@AlianzaCivicaNi) February 16, 2020
“Los americanos han sido claros conmigo, que o va haber una Contra II. Las acciones que desarrolló la contra, a están desarrollando las presiones económicas”, explicó Fley, en relación al apoyo que recibe la oposición de Nicaragua por parte de la Casa Blanca.
@Jschamorrog: “Necesitamos a FDN en la lucha por su convicción, por su testimonio, por espíritu. Los necesitamos en esta lucha justa y democrática.”
— Alianza Cívica Nicaragua (@AlianzaCivicaNi) February 16, 2020
El respaldo estadounidense a la oposición se ha observado principalmente en sanciones económicas, contra familiares y el círculo cercano de Ortega, por la reciente muerte, arresto o desaparición, de cientos de opositores desde el estallido social contra el Gobierno sandinista en abril de 2018.
El conflicto interno de hace cuatro décadas dejó decenas de miles de muertos en Nicaragua, y fue recordado este domingo, durante la conmemoración del aniversario 29 del asesinato del excoronel somocista Enrique Bermúdez, fundador de la organización antisandinista.
La Contra fue un ejército rebelde que contó con unos 25.000 mil miembros de la FDN, liderada por Enrique Bermúdez, que tomó las armas contra el Gobierno de Ortega hace cuatro décadas, y que recibió financiamiento de Estados Unidos, para derrocar a los sandinistas.