ESTOCOLMO.— El lunes, el Premio Nobel de Economía fue otorgado a tres economistas que han investigado las razones detrás de la riqueza y la pobreza de los países, destacando que las sociedades más libres y abiertas tienen mayores probabilidades de prosperar.
El comité del Nobel, perteneciente a la Academia Sueca de Ciencias, anunció que Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson han demostrado la relevancia de las instituciones sociales en la prosperidad de una nación.
Acemoglu y Johnson son académicos del Massachusetts Institute of Technology, mientras que Robinson trabaja en la Universidad de Chicago. Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio en Ciencias Económicas, destacó que su análisis ha proporcionado una comprensión más profunda sobre las causas fundamentales del éxito y el fracaso de los países.
Acemoglu, quien se encontraba en Atenas, Grecia, para participar en una conferencia, expresó su sorpresa ante el reconocimiento. “Uno nunca espera algo así”, comentó. Añadió que su investigación resalta el valor de las instituciones democráticas, aunque advirtió que “la democracia no es una panacea” y que su implementación puede conllevar conflictos.
En una entrevista con Associated Press, Robinson, de 64 años, cuestionó la capacidad de China para mantener su crecimiento económico bajo un sistema político represivo, señalando que la historia muestra que tales sociedades no suelen ser sostenibles. Mencionó la transición exitosa de muchas naciones hacia lo que él y sus coautores denominan «sociedades inclusivas», citando ejemplos como Estados Unidos, Corea del Sur, Taiwán y Mauricio.
Acemoglu y Robinson son coautores del bestseller “Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza”, en el que argumentan que la pobreza de algunos países se debe a problemas provocados por el ser humano. Utilizan el caso de Nogales, una ciudad en la frontera entre Estados Unidos y México, para ilustrar su punto: aunque comparten geografía y cultura, la vida es notablemente diferente en cada lado de la frontera, siendo la población del lado estadounidense, en general, más próspera debido a un sistema que protege los derechos de propiedad y permite a los ciudadanos participar en su gobierno.
Acemoglu expresó su preocupación por el creciente descontento con las instituciones democráticas en Estados Unidos y Europa, señalando que la percepción de que la democracia no ha cumplido con sus promesas ha contribuido a este desencanto.
El Premio del Banco de Suecia de Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, que se concede anualmente junto a los demás premios Nobel, cierra la temporada de anuncios de los galardones, que también reconocen contribuciones en Medicina, Física, Química, Literatura y Paz.