Organizan marcha por el control de armas en EEUU

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FLORIDA-. El movimiento que pide cambios en la legislación sobre las armas en Estados Unidos, que evite masacres como la que ocurrió hace unos días en una escuela secundaria de Parkland (Florida) y en la que murieron 14 estudiantes y tres profesores, ha resurgido con una fuerza inusitada en el país.

Esta vez lo encabezan supervivientes de esa tragedia que quieren frenar «esta epidemia de tiroteos masivos en las escuelas que se ha convertido en algo demasiado familiar». Con el objetivo de que no haya ni una masacre más, estos jóvenes  muchos de los cuales aún no han cumplido los 18 años- han convocado para el próximo 24 de marzo la ‘Marcha por nuestras vidas‘. Una cita en la que participarán familias y estudiantes de todo el país hasta llegar a  Washington DC. Su mensaje para el Congreso es claro y conciso: Es hora de hablar de las armas.

Los organizadores de la marcha no habían nacido cuando se produjo la masacre de Columbine (Colorado), que hizo que se modificasen los sistemas de seguridad en las escuelas, en 1999. Sin embargo, los tiroteos masivos en los colegios siguen creciendo. «Si todo lo que nuestro gobierno y el presidente pueden hacer es enviarnos sus pensamientos y oraciones, es hora de que las víctimas sean el cambio que necesitamos ver», decía la estudiante Emma González, de 18 años, durante una marcha anti-armas en Fort Lauderdale (Florida) este sábado.

La potencia de su mensaje -el vídeo supera las 400.000 visitas en Youtube- viene de la rabia, del hartazgo por la inacción política y del dolor por perder a compañeros. «Vamos a ser el último tiroteo masivo», dijo a la multitud instando a todos a actuar para cambiar las leyes y ser recordados en los libros de texto por ello y no por la matanza.

La estudiante remarcó que lo ocurrido en su instituto no sólo se puede achacar a cuestiones de salud mental. «Él [Nikolas Cruz] no hubiera herido a tantos estudiantes con un cuchillo», señaló, antes de centrarse en las «mentiras» que la gente y los políticos les dicen a su generación.

Su grito atronador retumbaba, de costa a costa del país. «A los políticos que se sientan en sus sillones dorados de la Cámara de Representantes financiados por la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y que nos dicen que no se podía haber hecho nada para prevenir esto, decimos BS (bullshit, pura mentira)», exclamó desde el escenario.

Frente al tribunal federal de Fort Lauderdale, a unos 40 kilómetros del instituto donde se produjo la masacre, González dijo furiosa: «A los políticos que aceptan donaciones de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), ¡Qué vergüenza!».

La audiencia parecía compartir los puntos de vista de la estudiante aplaudiendo y coreando sus palabras. «Dicen que leyes más duras sobre las armas no disminuyen la violencia armamentística. Decimos ¡pura mentira! Dicen que una buena persona con un arma detiene a una mala con un arma. ¡Pura mentira! «, continuó mientras se secaba las lágrimas. Con la voz quebrada por segundos, siguió repasando las mentiras que les han contado a los jóvenes de su generación. «Dicen que las leyes no podían haber evitado los centenares de tragedias sin sentido que han ocurrido. Decimos ¡Pura mentira!»

Este domingo, González, acompañada de otros supervivientes que también han alzado la voz por un mayor control de las armas como David Hogg, Alex Wind o Cameron Kasky y Jaclyn, dieron a conocer los preparativos de la «Marcha por nuestras vidas». No es de republicanos o demócratas, advertía Kasky en una entrevista en la cadena ABC, «esto es sobre los adultos. Nos sentimos abandonados y, en este punto, estás con nosotros o contra nosotros».

Desde el día de la tragedia Hogg, de 17 años, ha defendido que es hora de hablar de las armas. Hoy insistía ante las cámaras, que «los cargos electos necesitan reunirse, superar sus diferencias y hacer algunas cosas» para salvar el futuro del país. Es decir, «aquellos niños que están muriendo porque los políticos rechazan actuar».