LIMA.— La cárcel presidencial de Perú perdió a uno de sus cuatro exmandatarios recluidos.
El expresidente Martín Vizcarra fue trasladado el viernes por la noche, en una decisión sorpresiva, a la cárcel común de Ancón, al norte de Lima. Cumple cinco meses de prisión preventiva bajo acusaciones de corrupción.
A comienzos de este siglo, Perú construyó una prisión especial para albergar a expresidentes encarcelados, conocida como Barbadillo. Vizcarra había sido inicialmente recluido allí a principios de este mes, donde permanecen otros tres expresidentes.
El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) señaló que Vizcarra no cumplía con los requisitos para permanecer en Barbadillo, aunque no dio más detalles.
“Resistiré desde donde me manden, pero no me doblegaré”, afirmó Vizcarra —quien niega las acusaciones— en un mensaje publicado el sábado en X. “Seguiré luchando por recuperar nuestra democracia y para que los peruanos nos unamos contra la mafia que nos gobierna”.
El INPE forma parte del Poder Ejecutivo y está bajo control de la presidenta Dina Boluarte, cuya aprobación se mantiene en un solo dígito. Vizcarra suele ser crítico de su gestión.
El sábado, Boluarte realizó varios cambios en su gabinete, designando a Juan José Santivañez como ministro de Justicia y Derechos Humanos, Ana Peña Cardoza como ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, y Fanny Montellanos como ministra de Desarrollo e Inclusión Social.
Tanto Boluarte como Vizcarra fueron inicialmente vicepresidentes que llegaron a la presidencia tras la destitución de sus antecesores.
Vizcarra asumió la presidencia en 2018 y fue destituido en 2020, aunque sigue siendo una figura relativamente popular y buscaba postularse nuevamente el próximo año. Sin embargo, el Congreso le retiró sus derechos políticos.

