Petro pide perdón por víctimas de masacres en 1990

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Colombia

BOGOTÁ.— Gustavo Petro, presidente de Colombia, pidió perdón en nombre del Estado a las víctimas de dos masacres perpetradas en la década de 1990 por paramilitares que asesinaron a decenas de personas sin encontrar oposición por parte de los militares que custodiaban la zona.

El presidente se refirió a las masacres cometidas por paramilitares en La Granja y El Aro (noroeste) y las calificó de un “genocidio” en el que participó un «Estado asesino» por acción u omisión.

 «En nombre del Estado colombiano le pido a las víctimas perdón. El Estado colombiano reconoce que los muertos no eran enemigos de nadie. Era gente humilde y trabajadora, que los mataron porque sí, por designio del poder, y que, en sus muertes, en La Granja y en El Aro, estuvo el Estado presente, fue cómplice del asesinato», expresó Petro.

Con el acto público, Petro cumplió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que en 2006 falló en contra de Colombia y le ordenó pedir perdón públicamente a las víctimas de dos masacres cometidas en Ituango, Antioquia, en 1996 y 1997.

Petro reclamó justicia en los procesos penales en Colombia y lamentó que las víctimas hubieran encontrado respuesta solo al recurrir a un tribunal internacional.

Los grupos paramilitares atacaron a los pobladores de las zonas rurales de El Aro y La Granja acusándolos de apoyar o pertenecer a guerrillas. En la zona de conflicto la población civil se encontraba en la mitad y de los dos bandos.

Un grupo de paramilitares armados con fusiles llegaron a La Granja en junio de 1996. Recorrieron la zona y pasaron a corta distancia de un comando de la policía sin que la fuerza pública los detuviera.

Luego los armados ordenaron cerrar los establecimientos públicos y al tomar el control “inició una cadena de ejecuciones selectivas, sin que se encontrara oposición por parte de la Fuerza Pública”, según la sentencia de la Corte IDH.

Al año siguiente, en octubre de 1997, un grupo de aproximadamente 30 hombres armados y vestidos con prendas de uso militar llegaron a El Aro y asesinaron de forma selectiva a habitantes de la zona que se encontraban en sus propiedades rurales. Luego reunieron a los habitantes de El Aro en el parque central del pueblo y continuaron asesinando.