BUCAREST.– El presidente de Rumania, Klaus Iohannis, anunció este lunes su renuncia al cargo en medio de una creciente presión política y social, luego de las críticas y protestas que surgieron tras la anulación de las elecciones presidenciales en diciembre. La decisión se produce en un contexto de incertidumbre política, con manifestaciones multitudinarias y un Parlamento que se preparaba para debatir su destitución.
«Para evitar a Rumania y a los ciudadanos rumanos una crisis, dejaré el cargo el miércoles 12 de febrero», declaró el mandatario de 65 años en un discurso desde Bucarest. Su salida anticipada busca descomprimir la tensión política y evitar una crisis institucional mayor.
Crisis electoral y acusaciones de injerencia rusa
El mandato de Iohannis debía finalizar a finales de 2024, pero la situación política en el país dio un giro inesperado tras la anulación de la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 24 de noviembre. En esos comicios, un candidato de extrema derecha, con posturas prorrusas, logró una sorpresiva victoria, lo que llevó a las autoridades a invalidar el proceso electoral bajo la sospecha de interferencia extranjera por parte de Rusia.
Ante este escenario, Iohannis, un político liberal y alineado con la Unión Europea, optó por mantenerse en el cargo hasta la convocatoria de nuevas elecciones, previstas para mayo. Sin embargo, su decisión fue vista por la oposición y una parte significativa de la sociedad como una maniobra ilegítima para aferrarse al poder, lo que desencadenó masivas protestas en las calles. Manifestantes denunciaron lo que consideraban «un golpe de Estado», mientras que la oposición intentó en varias ocasiones forzar su salida.
Advertencias sobre una crisis política
En su discurso de despedida, Iohannis alertó sobre las consecuencias de su salida en este contexto de inestabilidad. «En unos días, el Parlamento rumano se pronunciará sobre mi revocación y Rumania se hundirá en una crisis (…) con repercusiones en el país y, desgraciadamente, también fuera de nuestras fronteras», afirmó.
El presidente, que ha estado en el poder desde 2014, lamentó haber llegado a esta situación y defendió su actuación, asegurando que «nunca había infringido la Constitución». No obstante, la presión política y social terminó inclinando la balanza en favor de su dimisión.
Con su salida, el presidente del Senado y líder del Partido Liberal, Ilie Bolojan, asumirá la presidencia interina hasta la realización de las nuevas elecciones, en un intento por restaurar la estabilidad política en el país.