Qué es la «Ley de la esclavitud» y por qué divide a Hungría

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BUDAPEST.- El Ejecutivo de Viktor Orban logró una reacción inesperada por parte del pueblo húngaro: tras décadas sin manifestaciones contra el Gobierno, la gente salió a la calle a expresar su repudio a la «Ley de la esclavitud».

«La multitud en medio de la nieve y el hielo afuera del edificio de la televisión estatal fue la mezcla más extraña y colorida de manifestantes que haya visto en Hungría en más de 30 años», graficó Nick Thorpe, corresponsal de la BBC en Europa Central, en referencia a la jornada del sábado.

La Ley de la Esclavitud, así llamada por los grupos que impulsaron las protestas, es una reforma de ley que aumentó de 250 a 400 las horas obligatorias que los empleadores pueden exigir a sus trabajadores anualmente. Con ella, la mayoría de las personas deberán trabajar seis días por semana. En la misma línea, se rumorea que el empresario podrá retrasar durante 36 meses el pago de las 150 horas adicionales pero el Gobierno lo desmintió.

«En los últimos ocho años, se han aprobado muchos proyectos de ley similares en el parlamento, pero esta naturalmente crea un sentido de solidaridad porque puede afectar a casi todos los ciudadanos húngaros», afirmó el opositor Bence Torda el sábado.

La ley se aprobó el 12 de diciembre en el Parlamento y surgió a raíz de la escasez de mano de obra que hay en el país y la intención es mejorar los sueldos y achicar la tasa de desempleo.

Los sindicatos coincidieron que en este cambio se realizó para favorecer a las empresas manufatureras multinacionales y solo exponen a los empleados a la explotación. El Gobierno, por su parte, cree que la reforma es totalmente beneficiosa ya que si hay más trabajo hay más ganancia y por ende más consumo.

Respecto a las manifestaciones, las autoridades creen que hay mucha distorsión, exageración y mentiras. Incluso, un vocero oficial considera que las protestas son obra de mercenarios extranjeros pagados por el multimillonario estadounidense nacido en Hungría, George Soros. El por su parte negó la acusación y afirmó que las autoridades húngaras lo utilizan como chivo expiatorio.