BUENOS AIRES — El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Gerardo Werthein, presentó este miércoles su renuncia irrevocable, a solo cuatro días de las elecciones legislativas nacionales. Su salida ocurre en un momento clave para el Gobierno de Javier Milei, que prevé una reestructuración de su gabinete tras los comicios del domingo.
La Cancillería confirmó oficialmente la dimisión y señaló que fue aceptada por el presidente. El hecho añade incertidumbre al panorama político argentino, marcado por la caída en la popularidad del Ejecutivo y las tensiones internas en el gabinete.
La partida de Werthein anticipa un nuevo equilibrio de poder dentro del Gobierno luego de las elecciones, en las que Milei busca ampliar su base parlamentaria para avanzar con su programa económico y de reformas estructurales.
Gerardo Werthein, empresario y diplomático, asumió como canciller en octubre de 2024 tras la salida de Diana Mondino. Durante su gestión, impulsó una política exterior enfocada en la apertura comercial y la reducción de estructuras diplomáticas.
Antes de ocupar el cargo, fue embajador en Estados Unidos, donde fortaleció los vínculos bilaterales en materia económica y energética. Su renuncia se produce tras semanas de rumores sobre tensiones internas y diferencias en la estrategia internacional del Gobierno.
El movimiento confirma la intención de Milei de introducir cambios profundos en su equipo una vez concluidos los comicios. La dimisión del canciller, a menos de una semana de las elecciones, expone la fragilidad interna del Ejecutivo y su necesidad de reorganizar el poder político.
Fuentes cercanas al Gobierno señalaron que Werthein decidió dejar el cargo por motivos personales y políticos, aunque la medida forma parte de un reajuste consensuado con el presidente. El Ejecutivo prepara una remodelación del gabinete centrada en la consolidación fiscal y la reforma laboral. Entre los nombres que se barajan para reemplazarlo figuran diplomáticos de perfil técnico y exasesores con experiencia económica.
Durante su gestión, Werthein adoptó un enfoque pragmático y empresarial, priorizando la relación con Estados Unidos y la apertura de nuevos mercados para productos argentinos. Sin embargo, la falta de alineamiento con otras áreas del Gobierno aceleró su salida.
Argentina enfrenta ahora el desafío de redefinir su política exterior en un contexto regional cambiante y con pendientes claves, como la renegociación de acuerdos comerciales y su posicionamiento en el Mercosur.
La renuncia de Werthein marca el cierre de una etapa breve pero intensa en la política exterior argentina y abre un periodo de transición diplomática que se profundizará tras las elecciones del domingo.

