BUCAREST.— El euroescéptico de ultraderecha George Simion ganó la primera vuelta de la repetición de las elecciones presidenciales de Rumania el domingo, según mostraron los resultados finales, en una votación vista como un test sobre el ascenso del nacionalismo al estilo Donald Trump en la Unión Europea.
Con el 100% de los centros de votación escrutados, los resultados preliminares del lunes temprano mostraron al alcalde de Bucarest, Nicusor Dan, de 55 años, en segundo lugar, con alrededor del 21%, detrás del 41% obtenido por Simion. Ambos se enfrentarán en una segunda vuelta el 18 de mayo.
Una victoria de Simion podría aislar a Rumania, erosionar la inversión privada y desestabilizar el flanco oriental de la OTAN, donde Ucrania lleva tres años combatiendo la invasión rusa, advierten analistas políticos.También ampliaría el bloque de líderes euroescépticos en la UE, que ya incluye a los primeros ministros de Hungría y Eslovaquia, en un momento en que Europa lucha por definir su respuesta a Trump.
“No es solo una victoria electoral, es una victoria de la dignidad rumana. Es el triunfo de quienes no han perdido la esperanza, de quienes aún creen en una Rumania libre, respetada y soberana”, dijo Simion, de 38 años.
Simion se impuso en 36 de los 47 distritos electorales del país, lo que refleja un fuerte apoyo interno. También obtuvo el 61% del voto en la diáspora, mientras que Dan alcanzó el 25%, a pesar de haber ganado en 68 de los 94 países donde se emitieron votos. Aún quedaba por contabilizar una mesa en el extranjero, pero no modificaría el resultado general.
El desempeño internacional de Simion se vio reforzado por un fuerte respaldo de rumanos en Europa Occidental, países nórdicos, varias naciones de Medio Oriente, así como en Rusia, Ucrania y Bielorrusia.
Impulsado por una ola de descontento popular hacia los líderes tradicionales, Simion se opone a la ayuda militar a la vecina Ucrania, critica a los líderes de la UE y dice estar alineado con el movimiento “Make America Great Again” del presidente estadounidense.
“Somos un partido trumpista que gobernará Rumania y que convertirá al país en un socio fuerte dentro de la OTAN y un aliado sólido de Estados Unidos”, declaró Simion a medios extranjeros poco antes del cierre de urnas.
Dan, un independiente que se postula con una plataforma anticorrupción, superó al exsenador Crin Antonescu, de 65 años, candidato centrista respaldado por los tres partidos de la coalición de gobierno pro-occidental, y se aseguró así un lugar en el balotaje.
Tras confirmarse su segundo puesto, Dan agradeció a sus votantes —especialmente en Moldavia, donde superó el 50%— y planteó su desafío frente a un candidato de línea aislacionista.
“Nos espera una segunda vuelta difícil con un candidato aislacionista. No será un debate entre individuos, sino entre una orientación pro-occidental para Rumania y una antioccidental”, afirmó.
“Nuestra tarea es convencer a los rumanos de que el país necesita una dirección pro-occidental, y en eso se enfocará nuestra campaña durante estas dos semanas”.
Analistas sostienen que Dan enfrentará más dificultades para vencer a Simion en el balotaje que Antonescu, debido a las divisiones con los partidos tradicionales, lo que dificulta la transferencia de votos. Muchos integrantes de los partidos gobernantes, Socialdemócrata y Liberal, comparten más afinidades ideológicas con Simion que con Dan, indicaron.
Victor Ponta, ex primer ministro de izquierda que ha virado hacia el nacionalismo conservador, podría desempeñar un papel clave tras quedar en cuarto lugar con 1,22 millones de votos, y usar su caudal electoral para convertirse en un “hacedor de reyes” en el nuevo escenario político.
“Simion tiene una base de votos más amplia que Dan en este momento”, dijo el politólogo Cristian Pîrvulescu. “Rumania puede ahora inclinar el equilibrio de poder en Europa hacia el extremismo”.
La votación del domingo se celebró cinco meses después de que se cancelara un primer intento electoral debido a una supuesta injerencia rusa en favor del candidato ultraderechista Calin Georgescu, quien desde entonces fue vetado para competir nuevamente.
Simion, que entonces apenas logró el 14%, parece haberse beneficiado del impulso que dejó Georgescu.
El domingo votó junto a él, quien calificó la elección de “fraude” y llamó al pueblo a “recuperar su país”. Mientras decenas de personas se agolpaban en el centro de votación coreando “¡Calin presidente!”, Simion afirmó que su voto era “para restaurar la democracia”.
Simion no es el único político de estilo MAGA (Make America Great Again) que busca llegar al poder en Europa Central. Karol Nawrocki, candidato presidencial respaldado por el principal partido opositor nacionalista de Polonia en las elecciones del 18 de mayo, se reunió esta semana con el presidente de Estados Unidos.
“Rumania y Polonia son dos países importantes para Estados Unidos”, dijo Simion a Reuters el viernes.
“Somos socios y aliados, tanto en lo militar como en lo político, de la actual administración estadounidense. Por eso es importante que haya presidentes MAGA en Bucarest y en Varsovia”.
El presidente de Rumania ejerce un rol semi-ejecutivo que incluye comandar las fuerzas armadas y presidir el consejo de seguridad nacional, que decide sobre la ayuda militar. Sin embargo, Simion ha afirmado que, si es electo, podría buscar otorgarle un rol de liderazgo a Georgescu.
Analistas advierten que la coalición de gobierno, liderada por la izquierda, podría colapsar si Simion se convierte en presidente.
Hasta ahora, Rumania ha donado una batería de defensa aérea Patriot a Kyiv, está entrenando pilotos ucranianos y ha permitido la exportación de 30 millones de toneladas métricas de grano ucraniano a través de su puerto en el mar Negro de Constanza desde la invasión rusa.
El presidente rumano también puede vetar decisiones clave en la UE y tiene poder para nombrar al primer ministro, jueces superiores, fiscales y jefes de inteligencia.
La administración Trump acusó a Rumania de reprimir a la oposición política y de carecer de valores democráticos luego de que las elecciones de noviembre fueran canceladas por lo que el vicepresidente JD Vance calificó de “pruebas endebles”.

