KABUL.— El número de víctimas mortales en el atentado de Bamiyán, popular destino turístico en el centro de Afganistán, donde el viernes murieron tres españoles, aumentó a seis, informó el sábado el ministerio del Interior.
«Tres ciudadanos afganos murieron en el ataque, de los cuales uno era un muyahid (miembro de los talibanes) y dos de ellos eran civiles», declaró a la AFP el portavoz del ministerio del Interior, Abdul Mateen Qani, añadiendo que todos los muertos y heridos fueron trasladados a Kabul.
En Madrid, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, afirmó el sábado por la mañana que los tres turistas españoles fallecidos en el ataque serán probablemente repatriados el domingo.
«El grupo de seis españoles que se han visto afectados por este ataque se encuentran ahora ya todos en Kabul», declaró Albares a la televisión pública TVE.
«Hay una persona que ha resultada herida y que ha sido ya intervenida quirúrgicamente también en esa capital. Está consciente pero su estado sigue siendo grave y hay otros dos ciudadanos españoles que han salido ilesos», precisó.
Bamiyán, localidad que albergaba dos monumentales estatuas de Buda destruidas en 2001 por los talibanes, es el principal destino turístico de Afganistán.
Un residente local, que no quiso dar su nombre, contó que el viernes oyó «el sonido de sucesivos disparos y las calles de la ciudad que conducían al lugar fueron bloqueadas inmediatamente por las fuerzas de seguridad».
Según fuentes médicas afganas, entre los heridos hay también turistas de Noruega, Australia y Lituania.
Albares dijo esperar que los fallecidos españoles «en las próximas horas, mañana mismo, pueden abandonar el país».
Las víctimas «se encontraban haciendo compras en un mercado en la zona del valle de Bamiyán», precisó.
«Lo que tenemos en estos momentos es una información verbal de una persona que se encontraba allí, y lo que indica es que estaban de compras y apareció una persona armada, salía de lo que describe como un callejón, esa persona salió disparando, se produjo un caos», dijo el ministro español.
