WASHINGTON.— El regreso de Donald Trump al poder anuncia un cambio drástico en el enfoque de Estados Unidos para abordar la crisis del fentanilo y enfrentar lo que los funcionarios antidrogas consideran el mayor obstáculo para resolverla: China.
Asesores del equipo de transición del presidente electo republicano están abogando por una postura mucho más agresiva hacia Beijing en relación con el fentanilo, en comparación con la adoptada por el actual presidente demócrata, Joe Biden. Trump ya ha dado señales de que recurrirá a su arma predilecta para detener el flujo de narcóticos: los aranceles.
En publicaciones realizadas el lunes en Truth Social, su red social, Trump prometió aranceles adicionales del 10% sobre bienes provenientes de China y del 25% sobre mercancías de México y Canadá. Alegó que estas naciones no han tomado medidas lo suficientemente fuertes para frenar el ingreso de drogas ilícitas, especialmente el fentanilo, a Estados Unidos, afirmando que sus conversaciones con China sobre el tema habían sido “inútiles”.
Medidas más severas en el horizonte
Los asesores de Trump también están promoviendo sanciones contra instituciones financieras chinas presuntamente vinculadas al comercio de fentanilo. Según ellos, sancionar a los bancos chinos que hacen negocios con lavadores de dinero y vendedores de químicos ilegales sería una de las formas más rápidas y eficaces de captar la atención de Beijing.
China es el principal proveedor de precursores químicos que los carteles mexicanos utilizan para fabricar fentanilo, y los lavadores de dinero chinos desempeñan un papel crucial en el comercio internacional de drogas, según las autoridades estadounidenses. A pesar de los esfuerzos diplomáticos de la administración Biden para abordar este problema, los resultados han sido limitados, lo que ha generado frustración entre algunos funcionarios de seguridad y críticos de China.
Plan integral contra el fentanilo
David Asher, exfuncionario de alto rango en la lucha contra el lavado de dinero, ha desarrollado un plan preliminar que circula entre los asesores de transición de Trump. Este plan incluye:
- Acusaciones penales contra grandes instituciones financieras chinas y mexicanas vinculadas al lavado de dinero.
- Sanciones masivas contra empresas y personas chinas implicadas en el comercio de fentanilo.
- Recompensas ampliadas para capturar a los traficantes más buscados.
- Ciberataques contra carteles mexicanos.
- Un enfoque de las agencias de inteligencia estadounidense en el fentanilo similar al utilizado contra grupos terroristas.
Reacción de China y tensiones en aumento
El gobierno chino ha destacado las medidas que ha implementado para prevenir la producción y el tráfico de fentanilo desde que reanudó las conversaciones con la administración Biden, advirtiendo que responderá si Estados Unidos adopta una postura más confrontativa.
«Las sanciones, las difamaciones y los ataques contra China solo minarán las bases de la cooperación antidrogas entre China y EE. UU.», declaró un portavoz de la embajada china en Washington.
Por su parte, Trump también ha prometido designar a los carteles mexicanos como grupos terroristas y utilizar al ejército estadounidense para enfrentarlos. Sin embargo, queda por ver si está dispuesto a ir más allá de los aranceles y aplicar sanciones financieras a los bancos chinos, algo sin precedentes en disputas previas con Beijing.
Mientras tanto, la retórica de campaña de Trump y su equipo de transición apunta a un enfoque más contundente y menos conciliador hacia China en el combate al fentanilo, en contraste con su anterior mandato, cuando sus disputas con Beijing se centraron más en temas comerciales que en los opioides sintéticos.