Trump evalúa eliminar la nacionalidad por nacimiento

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WASHINGTON.- El presidente Donald Trump dijo este miércoles que “sopesa muy seriamente” poner fin al derecho a la ciudadanía para los bebés nacidos en suelo estadounidense de padres extranjeros.

Trump hizo sus declaraciones a la prensa cuando partía rumbo a Louisville, Kentucky, para continuar con su campaña a la reelección. Señaló que la ciudadanía por nacimiento es “francamente ridícula”.  “Lo estamos examinando muy muy seriamente”.

Trump ya prometió acabar con este derecho cuando competía por la Casa Blanca en 2016.  El pasado octubre, durante la campaña de elecciones legislativas el presidente retomó la idea y aseguró que firmaría un decreto para implementarla, algo que finalmente no hizo. No es tan fácil como dice.

La oposición demócrata le recordó que sería necesaria una reforma constitucional para lograr ese objetivo, dado que ese derecho está amparado por la decimocuarta enmienda de la Carta Magna. Dicha revisión fue aprobada en 1868 para conceder el estatus de ciudadano a los esclavos afroamericanos liberados.

La enmienda establece que “todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, y sujetas por ende a su jurisdicción, son ciudadanos de Estados Unidos y del estado en el que residen”.

Sin embargo, Trump aseguró que sus abogados le dijeron que el cambio podría hacerse  «con una simple orden ejecutiva”, argumentando la ciudadanía por nacimiento como un “magneto para la inmigración ilegal”.

No hay cifras exactas sobre cuántas mujeres extranjeras viajan a Estados Unidos con el propósito específico de dar a luz. El Centro para Estudios de Inmigración, un grupo que propugna por leyes de inmigración más severas, calculó que en 2012 unas 36.000 mujeres extranjeras dieron a luz en Estados Unidos y luego se fueron del país.

Un Trump imparable con su política migratoria

Además, Trump anunció que quiere derogar el Acuerdo de Flores. Pacto que limita a 20 días el tiempo que un niño migrante puede estar detenido en Estados Unidos, para ampliar ese plazo, desatando las críticas de opositores y organizaciones de derechos humanos.

“El Acuerdo de Flores, que data de hace décadas, está desfasado y no tiene en cuenta el cambio masivo de la inmigración hacia familias y menores de América Central”, escribió la Casa Blanca en un comunicado.

La nueva política, que se implementaría en 60 días, ya no limitará el tiempo que un niño o su familia pueden permanecer bajo custodia de las autoridades migratorias como lo hace el mencionado acuerdo, suscrito en 1997.