WASHINGTON.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablará el martes con su homólogo ruso, Vladímir Putin, en un intento por convencerlo de aceptar un alto el fuego en la guerra de Rusia contra Ucrania y avanzar hacia el fin definitivo del conflicto, que ya lleva tres años.
La llamada, de gran importancia estratégica, pondrá a prueba las habilidades de negociación que Trump tanto ha promocionado, así como su estrecha relación con el líder ruso, lo que ha generado inquietud entre los aliados tradicionales de EE. UU.
«Se han acordado muchos elementos de un Acuerdo Final, pero aún queda mucho por resolver», escribió Trump en una publicación en redes sociales el lunes. «Cada semana mueren 2.500 soldados de ambos bandos, y esto debe terminar AHORA. Espero con ansias la llamada con el presidente Putin».
Ucrania, país que Trump ha descrito anteriormente como más difícil de tratar que Rusia, ha aceptado la propuesta de EE. UU. de una tregua de 30 días. Rusia invadió Ucrania en 2022.
«La semana pasada obtuvimos un buen compromiso por parte de Ucrania», declaró el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, en The Guy Benson Show de Fox News Radio el lunes.
«Acordaron dejar de disparar y congelar la situación tal como está, para que podamos comenzar a hablar sobre cómo poner fin a esto de manera permanente. Ahora necesitamos algo similar por parte de los rusos», agregó Rubio. «Mañana sabremos más después de que el presidente hable con Putin. Y, con suerte, estaremos en una mejor posición».
Trump ha insinuado que su plan de paz a largo plazo incluiría concesiones territoriales por parte de Kyiv y el control de una planta nuclear como parte de las negociaciones.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha reiterado que la soberanía de su país no es negociable y que Rusia debe devolver los territorios ocupados. Rusia anexó la península de Crimea en 2014 y, desde la invasión de 2022, controla la mayor parte de cuatro regiones en el este de Ucrania.
Putin ha justificado su incursión militar en Ucrania argumentando que la expansión de la OTAN amenaza la seguridad de Rusia y ha exigido que Kyiv renuncie a sus aspiraciones de unirse a la alianza. También ha afirmado que Rusia debe mantener el control de los territorios ocupados, que las sanciones occidentales deben aliviarse y que Ucrania debe celebrar elecciones presidenciales. Zelenski, elegido en 2019, gobierna actualmente bajo la ley marcial impuesta debido a la guerra.
Trump, quien prometió durante su campaña electoral que pondría fin a la guerra en 24 horas, se enfrentará a un negociador implacable en Putin, a quien Zelenski ha acusado de no cumplir con los acuerdos.
«Existe el peligro de que Putin intente generar confusión en su conversación con Trump, fingiendo estar de acuerdo con algo mientras exige cada vez más concesiones por parte de Ucrania», advirtió María Snegovaya, investigadora principal en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington.
«El peor escenario sería que Putin logre venderle a Trump la idea de un acuerdo futuro con Rusia que parezca prometedor pero que en realidad solo beneficie a Moscú«, agregó.
Desde que asumió el cargo, Trump ha acercado a Estados Unidos a Moscú, al tiempo que ha alienado a sus aliados con tarifas arancelarias y sugerencias como la anexión de Canadá y la compra de Groenlandia. Si bien ha expresado cierta afinidad con Putin, su administración ha mostrado recientemente signos de endurecer su postura para presionar al Kremlin a detener los combates.
El mes pasado, Trump sostuvo una tensa reunión con Zelenski en la Casa Blanca, que se tornó complicada en parte debido a la percepción de Trump y del vicepresidente JD Vance de que Zelenski no mostró suficiente gratitud por el apoyo de EE. UU.
Zelenski ha acusado a Putin de prolongar la guerra y señaló que, cuando el líder ruso hable con Trump el martes, ya habrá estado al tanto de la propuesta de tregua de 30 días durante una semana.
Trump confirmó que la llamada con Putin se llevará a cabo el martes por la mañana. Funcionarios de la Casa Blanca evitaron precisar la hora exacta, aunque mencionaron la diferencia horaria entre Washington y Moscú.