TÙNEZ.- Más de 100 representantes de Ennahda renunciaron en protesta a la actuación de su partido durante la crisis política que se ha desatado en el país africano después de que el presidente, Kais Saied, tomara plenos poderes y destituyera al primer ministro el pasado mes de julio.
En total son 113 miembros de Ennahda, que en un comunicado culpan al líder de esa agrupación, Rached Ghannouchi, de cometer una serie de errores que le permitieron a Saied expandir su poder.
En el documento, los representantes acusan al presidente de su movimiento político de monopolizar la toma de decisiones y de no poder manejar el Parlamento. Antes de que fuera disuelto por Saied, Ennahda contaba con mayoría de escaños.
Saied firmó una serie de decretos prorrogando la suspensión del Parlamento, retirando la inmunidad a los parlamentarios y congelando sus salarios.
Esto desato, el domingo, que una multitud se concentrara frente al teatro municipal de Túnez. Con autos blindados y barreras metálicas para filtrar el paso a esa zona, las fuerzas de seguridad desplegaron un operativo en la avenida Habib Bourguiba, la principal vía de la capital.
“Estamos volviendo a la época de Ben Ali (1987-2011), a una dictadura”, afirmó una mujer preocupada sumándose a las consignas más gritadas este domingo en Túnez: “Constitución, Libertad y dignidad nacional”.
Tras hacerse con todas las competencias, el presidente de Túnez afirmó que su decisión era una respuesta a las movilizaciones contra la gestión de la pandemia, la corrupción y la crisis económica, agravada por la situación sanitaria, y defendió que en todo momento se fundamente en la Carta Magna tunecina.
Si bien la Constitución de Túnez no permite la disolución del Parlamento, sí avala la suspensión de sus funciones durante un periodo de 30 días. Las acciones posteriores del presidente, con dos prórrogas de estas medidas incluidas han sido condenadas por la oposición, que le acusan de llevar a cabo “un golpe de Estado”.