ANKARA.— Después del recuento del 100% de los votos de las elecciones presidenciales y legislativas en Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan obtuvo el 49,4% de los votos, mientras que su principal oponente logró el 44,95%.
Este resultado superó las expectativas para el jefe de Estado, quien había sido posicionado en desventaja en las encuestas más recientes.
Sin embargo, estos números resultaron ser un golpe frío para la oposición, que afirmaba estar «a la cabeza» el domingo. «Si nuestra nación pide una segunda vuelta, definitivamente ganaremos en la segunda vuelta«, declaró Kemal Kiliçdaroglu en la madrugada del lunes. Kiliçdaroglu lidera una amplia coalición de seis partidos opositores y sostiene que «la voluntad de cambio en la sociedad es mayor al 50%».
Erdogan, quien fue reelegido en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en 2018, también se presentó el domingo por la noche frente a una multitud de simpatizantes. «Creo sinceramente que seguiremos sirviendo a nuestro pueblo en los próximos cinco años», afirmó Erdogan, quien ha estado en el poder desde 2003.
Además, su partido, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamoconservador), parece estar en condiciones de mantener su mayoría en el Parlamento. En las últimas semanas, Erdogan ha hecho varias promesas electorales para frenar la alta inflación que afecta al país y que parecía jugar en su contra.
Los 64 millones de electores turcos acudieron masivamente a las urnas, lo que llevó la tasa de participación provisional a casi el 90%. Hasta altas horas de la noche, ambos bandos libraron una batalla de cifras, instando a sus respectivos observadores a permanecer en los centros de conteo de votos «hasta el final».
El bando de Kiliçdaroglu no tardó en refutar los primeros resultados, que daban una ventaja cómoda a Erdogan, argumentando que los resultados de los colegios electorales más favorables al candidato de la oposición aún no habían sido contabilizados debido a los múltiples recursos presentados, lo cual ralentizó el escrutinio.
El resultado de la segunda vuelta dependerá, en parte, de un tercer candidato, el nacionalista Sinan Ogan, quien obtuvo cerca del 5% de los votos el domingo. Hasta el momento, Ogan no ha llamado a sus simpatizantes a votar por ninguno de los dos candidatos.
Turquía es miembro de la OTAN y se encuentra en una ubicación estratégica, con una costa en el Mar Negro al norte y limitando con Irán, Irak y Siria al sur. Las elecciones han despertado un gran interés sobre si el país seguirá bajo el control de un presidente cada vez más autoritario o si podrá tomar un camino más democrático, defendido por Kilicdaroglu.