LATAM.— Al cumplirse un mes de la invasión rusa de Ucrania, los efectos de la guerra ya se están siendo en la región latinoamericana. Al menos se sienten ya directamente en los surtidores de combustible de algunos países.
En Ecuador, durante el mes de marzo, la gasolina aumentó 8 por ciento, los combustibles básicos subieron un 9,5 por ciento y los Prémium 11,5 por ciento en promedio en Argentina. Mientras que en Brasil, Petrobras aumentó en un 25 por ciento el precio del diésel y un 19 por ciento el de la gasolina.
Son algunos de los ejemplos que entrega un artículo de Bloomberg y Línea.
La importación de petróleo de Rusia en la región es muy marginal y corresponde a solo poco más del 13 por ciento de los productos comprados a ese país, según el portal Statista. Pero la guerra en Ucrania y las sanciones internacionales contra Rusia dispararon aún más los precios de los combustibles.
La fuerza del impacto varía de país en país. Luciano Codeseira, director de la consultora Gas Energy Latinoamérica para Argentina, indicó a DW que “los que se pueden ver beneficiados por el alza del petróleo son Guyana, con el desarrollo de sus campos offshore y el avance de la explotación y exportación de ese petróleo”
“También Brasil, donde venían en alza la producción exportable de crudo”. Para el especialista en temas energéticos, la lista de los eventuales beneficiados se agota ahí.
En el caso de Bolivia, se podría creer que la favorecería una mejora en los precios, porque los contratos de exportación de gas están atados al crudo, pero el país “está viviendo en estos momentos un proceso de reducción de las exportaciones de gas y aumentó de las importaciones de gasoil, con lo cual le va a terminar afectando en la cuenta final”, explica.
Chile, por ejemplo, se va a ver especialmente perjudicado en su balanza comercial. Pero todos en general siente el aumento de los precios. En Argentina, “esto viene a agravar una corriente inflacionaria que tiene otros orígenes. El problema se multiplica para este país con el alza del precio del crudo”, apunta Codeseira.
En el sector agrícola, el impacto es doble, dado que Rusia y Ucrania son grandes agroexportadoras y concentran la cuarta parte de las exportaciones de trigo.
Una tendencia similar se nota en cuanto a los fertilizantes, que sí son el principal producto ruso importado en la región y que registraban un alza antes del 24 de febrero.
“Ahora lo que se está notando es un incremento mayor del precio de los fertilizantes y una mayor escasez. Eso puede redundar en una menor aplicación y potencialmente en una baja del rendimiento. Ese es un efecto directo de la guerra”, Daniel de la Torre Ugarte, especialista en economía agrícola.
Desde ya, el alza de los granos se traduce en el incremento del precio de productos básicos como el pan, los fideos o la carne de pollo. A este efecto negativo podría sumarse, sin embargo, un positivo, ya que “para algunos productores o países que pueden incrementar su producción de cereales o de grano, se presenta como una pequeña oportunidad”, dice de la Torre.