ANKARA.— El ministro del Interior de Turquía, Suleiman Soylu, ha informado que el número de fallecidos por los terremotos que tuvieron lugar en febrero en el sureste de Turquía ha superado los 50.300.
El proceso de identificación de los fallecidos continúa, por lo que el número podría actualizarse. Los terremotos causaron graves daños en la provincia turca de Hatay, así como en las ciudades de Kahramanmaras y Adiyaman.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha calificado estos terremotos como el mayor desastre en la historia del país desde 1939. En una cumbre con diplomáticos extranjeros en Turquía, Erdogan ha pedido una reforma «inclusiva y global» en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ya que considera que el orden actual «no es sostenible».
Erdogan se refiere al poder de veto que tienen los cinco países permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia), que pueden oponerse a una resolución en la ONU.
El presidente turco ha destacado que Ankara está «cosechando las ganancias» de su política exterior, ya que ha obtenido ayuda para paliar las consecuencias de los terremotos del 6 de febrero en la frontera turco-siria, que han dejado más de 50.000 muertos en Turquía.