KIEV.— El presidente ucraniano Volodímir Zelenski afirmó este martes que está dispuesto a celebrar elecciones en un plazo de tres meses si Estados Unidos y los demás aliados de Kiev pueden garantizar la seguridad del proceso.
Las elecciones en tiempos de guerra están prohibidas por ley, pero Zelenski —cuyo mandato expiró el año pasado— enfrenta una renovada presión del presidente estadounidense Donald Trump para llevar a cabo una votación, en medio de su impulso para que Kiev acelere un acuerdo de paz en la guerra con Rusia, que ya lleva casi cuatro años.
«Estoy listo para las elecciones y, más aún, pido… que Estados Unidos me ayude, quizá junto con colegas europeos, a garantizar la seguridad de una elección», dijo Zelenski ante la prensa. «Y entonces, en los próximos 60 a 90 días, Ucrania estará lista para celebrar una elección».
Sus declaraciones siguieron a los comentarios de Trump en una entrevista con Politico publicada el martes, en los que sugirió que el gobierno ucraniano estaba usando la guerra como excusa para evitar las elecciones. «Saben, hablan de democracia, pero llega un punto en que ya no es una democracia», dijo Trump.
Zelenski rechazó las insinuaciones de que se aferra al poder, calificándolas de «totalmente inadecuadas».
Ucrania, que resiste un plan de paz apoyado por EE.UU. y visto como favorable a Moscú, busca garantías de seguridad sólidas por parte de sus aliados para impedir una nueva invasión rusa.
Zelenski y otros funcionarios han descartado reiteradamente la idea de celebrar elecciones en un contexto de ataques aéreos rusos frecuentes en todo el país, casi un millón de soldados desplegados en el frente y millones de ucranianos desplazados.
También es incierto el estatus de voto de los ucranianos que viven en el quinto del territorio ocupado por Rusia, así como de quienes están cerca de la línea de combate.
Este martes, Zelenski dijo que pediría al Parlamento que prepare propuestas legislativas que permitan celebrar elecciones bajo la ley marcial.
Las encuestas muestran que los ucranianos se oponen a votar en tiempos de guerra, pero también demandan nuevas figuras en un panorama político que prácticamente no ha cambiado desde las últimas elecciones nacionales de 2019.

