LATAM.- La pugna por la tecnología 5G en Brasil ha puesto de manifiesto la creciente disputa geostratégica y política entre China y Estados Unidos en el país más grande de América Latina, que se encuentra en una encrucijada.
Si bien, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tiene la misma agenda política que su par estadounidense, Donald Trump, en el aspecto económico, el país depende más de China que de Estados Unidos.
El embajador de Estados Unidos en Brasil, Todd Chapman, sin recurrir a un lenguaje velado, amenazó abiertamente a la nación sudamericana en una entrevista con el diario local O Globo. “Si Huawei obtiene la licencia para introducir la tecnología 5G, eso tendrá consecuencias”, advirtió.
Días atrás a esas declaraciones, Yang Wanming, embajador chino en Brasil, había anunciado que el gigante tecnológico Huawei abrirá un laboratorio para la tecnología 5G en la capital brasileña, en conjunto con la empresa Telefónica Vivo de Brasil.
Desde 2009, China relevó a Estados Unidos como principal aliado comercial de Brasil. Pekín invierte cuantiosas sumas en infraestructura, no solo en Brasil, sino en toda la región latinoamericana. En 2019, los brasileños exportaron mercaderías por 62.000 millones de dólares al gigante asiático. Sus tres principales exportaciones son: petróleo, hierro y soja.
En los primeros seis meses del corriente año, las exportaciones aumentaron de nuevo un 30%. “Estadísticamente, por cada dólar (de productos) que se exportan hacia Norteamérica, siete dólares corresponden a las ventas a China”, indica un comunicado del Ministerio de Agricultura de Brasil emitido el pasado 24 de julio.
No obstante, Brasil no es el único país con una creciente dependencia económica del dragón de oriente. “Muchos gobiernos de Latinoamérica tienen claro que la superación de la pandemia del coronavirus y la crisis económica derivada de ella, pasa por Pekín”, asegura Oliver Stuenkel, profesor de relaciones internacionales de la Fundación Getúlio Vargas, en San Pablo.
No obstante, el docente teme que las crecientes tensiones entre Washington y Pekín puedan tener consecuencias negativas en la región. “No hay coordinación entre los países del Mercosur”, advierte. Tradicionalmente, Argentina y Brasil trabajaron conjuntamente para superar crisis dentro de ese bloque. Pero no es la situación de hoy por hoy.
En ese sentido, la la crisis de los países del Mercosur no solo abre las puertas a la lucha geopolítica de China y Estados Unidos en la región. “También puede producirse una división tecnológica”, asevera Stuenkel, aludiendo a la implementación de diferentes redes de telefonía móvil con las redes 5G, que podría no ser compatibles entre sí.
Las posibilidades chinas de tomar parte en la licitación para instalar la tecnología 5G en Brasil no son malas. Brasilia ya anunció en abril que no dictará restricciones contra Huawei. Ya en la actualidad, la mitad del hardware de la red brasileña de telefonía móvil proviene de esa empresa china.
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