BRUSELAS.— Es prácticamente seguro que el Banco Central Europeo (BCE) mantendrá los tipos de interés sin cambios el jueves, aunque se prevé que insinuará un posible recorte en el futuro, aunque de manera vaga y con advertencias.
El mes pasado, el BCE redujo los tipos desde máximos históricos, un movimiento que algunos responsables consideraron prematuro. Debido a la persistente inflación interna y al elevado crecimiento salarial, el banco probablemente actuará con mayor cautela en su próxima decisión.
Durante esta reunión de transición, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, intentará equilibrar su discurso, destacando que las presiones sobre los precios están disminuyendo como se esperaba, pero que los riesgos persisten.
Necesitarán más datos antes de tomar una nueva decisión. Lagarde ya ha comunicado este mensaje en semanas previas, desplazando la atención hacia la reunión de septiembre, sugiriendo que la de este jueves podría ser la menos complicada desde antes de la pandemia.
«Lagarde mantendrá abiertas varias opciones al subrayar la dependencia del BCE en los datos, por lo que es demasiado pronto para dar señales más firmes sobre futuras decisiones,» comentó Jan von Gerich, economista de Nordea. Los mercados anticipan casi dos recortes de tipos este año y más de cinco para finales del próximo, sin que ningún responsable haya cuestionado abiertamente esta perspectiva.
«Nuestro escenario central prevé un recorte de tipos del BCE en septiembre, seguido de una secuencia gradual de recortes trimestrales de 25 puntos básicos,» afirmó Reinhard Cluse, economista de UBS.
La principal preocupación del BCE es la persistencia de precios elevados en los servicios y el rápido crecimiento salarial, lo cual podría mantener la inflación por encima del objetivo del BCE. Tomas Dvorak, de Oxford Economics, señaló que la rigidez de los precios de los servicios es un problema mayor. Sin embargo, se muestra optimista, ya que la rigidez de la inflación de servicios no se debe a una fuerte demanda, sino a factores rezagados como los salarios. Los acuerdos salariales plurianuales sugieren una relajación de las presiones salariales a lo largo del año.
La economía sigue siendo débil, con encuestas apuntando a un crecimiento anémico, lo que alivia los temores de que la actividad veraniega, especialmente en el turismo, aumente las presiones sobre los precios. Sin embargo, desde la bajada de tipos del 6 de junio, pocos indicadores han confirmado que las previsiones se están cumpliendo. Algunos creen que el BCE subestima los riesgos para su escenario central, que prevé que la inflación vuelva al objetivo del 2% a finales de 2025, incluso con tipos más bajos.
Otra incertidumbre es la rapidez con que la Reserva Federal de Estados Unidos reducirá los tipos de interés. Aunque la política del BCE es independiente, es difícil desvincularse de las decisiones del mayor banco central del mundo. Tipos más altos en EE.UU. podrían debilitar el euro y aumentar la inflación importada.
Los mercados ahora prevén que la Reserva Federal recorte sus tipos en septiembre, con un segundo movimiento antes de fin de año, lo cual también apoyaría dos recortes adicionales del BCE. El BCE anunciará su decisión de política monetaria a las 1215 GMT, seguida de la conferencia de prensa de Lagarde a las 1245 GMT.