Bolsonaro no quiere entregar pruebas de COVID-19

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BRASILIA.- Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, dice que ha dado negativo al coronavirus en dos ocasiones, pero muchos, incluido un juez federal, le exigen que haga sus resultados públicos. No obstante, el mandatario se niega.

Este enfrentamiento surrealista es el más creciente de una serie de batallas más amplia entre un presidente que a menudo pone a prueba los límites de su poder, y el de las instituciones democráticas.

Bolsonaro ha minimizado la pandemia de COVID-19 y ha sido un duro crítico de las medidas para intentar contener la expansión del patógeno impuestas por alcaldes y gobernadores. En su lugar, pide que la mayoría de la gente regrese de inmediato a trabajar.

No obstante, la Justicia ha limitado el poder de Bolsonaro, por suerte para los brasileños, y ha fallado que los gobernadores y alcaldes tienen el poder para determinar las medidas de confinamiento en sus ciudades. También revocó el decreto del presidente que permitía reuniones religiosas y tratan de forzar la liberación de sus resultados de pruebas de COVID-19 para poner fin a las especulaciones de que pudo haber estado infectado y mintió.

La Justicia también revocó a su nominado para ocupar la dirección de la policía nacional y el sábado le suspendieron su decisión de expulsar a 30 diplomáticos venezolanos del país.

En ese sentido, la firma consultora XP-Ipespe realizó una encuesta en Brasil, entre el 28 y el 30 de abril pasados, para tomar el pulso sobre la opinión de los brasileños sobre la gestión de Bolsonaro, en el contexto de la renuncia de Sergio Moro, exministro de Justicia, y la pandemia de COVID-19.

Los resultados del estudio arrojaron que la popularidad de Bolsonaro retrocedió siete puntos porcentuales en solo una semana. La evaluación mala/pésima del presidente creció del 42 al 49 por ciento, en tanto el criterio bueno/optimo disminuyó del 31 al 27 por ciento.

El sondeo abarcó a 1.000 personas y considera un margen de error de 3,2 puntos porcentuales, ilustro que el 45 por ciento de la ciudadanía piensa que la corrupción crecerá “considerablemente” en el país durante los próximos seis meses.

Este martes, muy molesto el presidente atacó a la prensa y tuvo una discusión a gritos con periodistas que lo esperaban en la salida de su casa en el Palacio de la Alvorada.

Bolsonaro se molestó por una columna de opinión del diario Folha de San Pablo que habla del interés de su familia por la jefatura de la Policía de Río de Janeiro. Con el diario en la mano, Bolsonaro descalificó la nota a los gritos y la tachó de una mentira para atacar a sus hijos.

 Cuando algunos periodistas intentaron interrumpirlo para tener respuestas, Bolsonaro les gritó “¡cállense la boca!”. Los trabajadores respondieron con gritos y rechiflas, en otro tenso episodio del presidente de Brasil con la prensa.