CAMBRIDGE.- La Universidad de Cambridge planea investigar sus vínculos con el comercio transatlántico de esclavos y descubrir cómo puede haberse beneficiado de la esclavitud y la explotación del trabajo, a través de medios financieros y de otro tipo.
La universidad informó el martes que el estudio de dos años también analizará cómo el trabajo de sus académicos podría haber ayudado a apuntalar las actitudes hacia el comercio de esclavos entre el siglo XVIII y principios del siglo XX.
«No podemos saber en esta etapa qué es exactamente lo que encontrará, pero es razonable suponer que, como muchas instituciones británicas importantes durante la era colonial, la Universidad se habrá beneficiado directa o indirectamente de las prácticas de la época, y contribuido a ellas», declaró el profesor Martin Millett, quien supervisará el trabajo.
«Los beneficios pueden haber sido financieros o por medio de otros regalos. Pero el panel está tan interesado en la forma en que los académicos de la universidad ayudaron a moldear la opinión pública y política, apoyando o reforzando las actitudes raciales que son repugnantes en el siglo XXI», agregó el docente.
Cambridge explicó que el estudio es parte de una «reflexión más amplia» sobre los vínculos entre la esclavitud y las universidades en Gran Bretaña y Estados Unidos.
Gran Bretaña, el primer país en industrializarse de manera masiva, desempeñó un papel clave en el comercio transatlántico de esclavos del siglo XVIII, que vio cómo millones de africanos fueron enviados a la esclavitud. De hecho, algunos historiadores sostienen la teoría de que, sin las redes de comercio establecidas en base a la violencia del esclavismo, el capitalismo industrial no podría haberse desarrollado como lo hizo.
Si bien Gran Bretaña aprobó una ley en 1807 que abolió el comercio transatlántico de esclavos, no abolió completamente la esclavitud hasta 1833.
Según la base de datos de comercio de esclavos transatlántico, alrededor de 12,5 millones de africanos fueron enviados a través del Atlántico durante 400 años. Se cree que más de 1,7 millones de personas murieron durante el viaje por enfermedad, deshidratación o abusos.
De los más de 10 millones de personas que se presume que llegaron al hemisferio occidental, cuatro millones fueron llevados a las explotaciones británicas, francesas, holandesas y danesas en el Caribe, alrededor de 4,8 millones a Brasil, 1,3 millones a la América Central española. Alrededor de 400.000 habrían sido enviados a América del Norte, probablemente a plantaciones de las que se extraía el algodón que luego Gran Bretaña trabajaba en sus nacientes fábricas textiles.