WASHIGTON.- Washington y Londres apoyan la versión de la oposición siria, que dijo que no lanzó un ataque con gas venenoso en Alepo, sino que el gobierno estaba tratando de inculparlos. En declaraciones separadas emitidas el viernes, también advirtieron a Rusia contra socavar una tregua inestable en el país devastado por la guerra.
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que los rebeldes dispararon armas que contenían cloro el 24 de noviembre en la ciudad de Alepo, controlada por el gobierno, y los medios estatales sirios informaron que alrededor de 100 sirios fueron hospitalizados por dificultades respiratorias. Los rebeldes negaron las acusaciones y dijeron que el gobierno estaba intentando inculparlos.
Rusia respondió al supuesto ataque con ataques aéreos en Idlib, el último bastión importante de rebeldes que luchan contra el presidente Bashar al-Assad, no respetando una tregua alcanzada a mediados de septiembre.
Estados Unidos dijo que tenía «información creíble» de que la versión del cloro era falsa y que las fuerzas rusas y sirias habían disparado gases lacrimógenos. «Los Estados Unidos están profundamente preocupados de que los funcionarios prorégimen hayan mantenido el control del sitio de ataque inmediatamente después, lo que les permite fabricar muestras y contaminar el sitio antes de que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas realice una investigación adecuada», dijo el vocero del Departamento de Estado, Robert Palladino, en un comunicado.
«Advertimos a Rusia y al régimen contra la manipulación del sitio de ataque sospechoso y les instamos a garantizar la seguridad de los inspectores imparciales e independientes para que los responsables puedan rendir cuentas», agregó, al tiempo que lanzó la acusación de que Rusia y Siria están usando el hecho «como una oportunidad para socavar la confianza en el alto el fuego en Idlib».
En una declaración similar, Gran Bretaña dijo que era «altamente improbable» que el cloro o la oposición estuvieran involucrados en el incidente. «Es probable que se tratara de un incidente por etapas destinado a enmarcar a la oposición, o de una operación que salió mal y de la cual Rusia y el régimen intentaron aprovecharse», dijo un portavoz de la Oficina de Relaciones Exteriores, que también respaldó una investigación de la OPCW, el controlador internacional de armas químicas.
La embajada de Moscú en Washington devolvió el golpe a través de Facebook. «El Ministerio de Defensa de Rusia no descarta que las acusaciones del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre el reciente ataque de sustancias químicas tóxicas en el Alepo de Siria tengan como objetivo distraer la atención pública de los crímenes de la aviación estadounidense en el este del país de Medio Oriente», aseguró una publicación.
Las acusaciones de Rusia sobre el último incidente se producen en medio de los intentos globales para encontrar una solución política a la guerra civil de Siria, que ha matado a más de 360.000 personas y desplazado a millones. Los negociadores de Rusia y el otro aliado de al-Assad, Irán, se reunieron la semana pasada con Turquía, partidario de sectors de la oposición, en la capital de Kazajstán, Astana, sin hacer ningún progreso aparente en un objetivo respaldado por la ONU de establecer un comité constitucional para fin de año.