FRANJA DE GAZA.- Mientras los palestinos en el enclave asediado celebran un año de manifestaciones semanales, apodadas la Gran Marcha del Retorno, los grupos médicos que operan allí han expresado su preocupación por las miles de personas que han resultado heridas.
Las protestas comenzaron como una campaña de base, que pedía el derecho de los refugiados y sus descendientes a regresar a las casas y tierras de las que fueron expulsados en 1948, a partir de la independencia israelí.
Médicos Sin Fronteras informó que Gaza había sido «completamente abandonada» durante los últimos 12 meses de mítines, y que «las más de 6.500 personas que fueron heridas por las fuerzas israelíes durante las protestas han quedado en gran medida a su suerte».
Según la organización médica, la gran mayoría de los heridos habían sufrido heridas en las piernas. «Estas no son heridas simples que se puedan coser fácilmente. Se han quemado enormes trozos de piernas y se han roto los huesos», aseguró el grupo.
En este momento, Gaza no tiene la capacidad de tratar a todos sus pacientes. «Tenemos una situación en la que el sistema de salud está abrumado, aunque MSF está haciendo todo lo posible, tampoco podremos tratar a todos esos pacientes», declaró un funcionario de MSF.
Antes del aniversario de las protestas de la Gran Marcha de Retorno, MSF dijo que sus equipos se estaban preparando para un «estado de emergencia». «Estamos aumentando nuestra capacidad de camas», informó la misma fuente. «Nos estamos preparando para el peor escenario», agregó.
Según los funcionarios de salud en Gaza, más de 250 palestinos han sido asesinados desde el inicio de las protestas. Grupos de derechos humanos han acusado a Israel de uso excesivo e ilegal de la fuerza contra manifestantes desarmados.
Alrededor del 80 por ciento de la población de Gaza depende de la asistencia humanitaria, mientras que la Franja experimenta cortes de energía regulares y un alto desempleo. Se la ha calificado como la prisión al aire libre más grande del mundo, donde los palestinos necesitan permisos del ejército israelí para entrar y salir del enclave.