Nueva Zelanda se dispone a reabrir totalmente sus fronteras

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WELLINGTON.— La primera ministra, Jacinda Ardern, confirmó este miércoles que Nueva Zelanda reabrirá totalmente sus fronteras al mundo el próximo 1 de agosto, poniendo así término a una de las restricciones fronterizas más estrictas impuestas en el marco de la pandemia de COVID-19.

Ese día se suprimirán todas las salvaguardias fronterizas, anunció la oficina de la premier.

Los viajeros de cualquier país podrán acceder al territorio neozelandés a partir de las 12 de la noche del 31 de julio, aunque las autoridades remarca todavía la necesidad de un certificado de vacunación para entrar o una exención aprobada.

La medida también da luz verde a la entrada al país desde esa fecha a los cruceros y la reanudación de todas las actividades de enseñanza a estudiantes internacionales, de acuerdo al comunicado del Ejecutivo de Wellington.

“Nueva Zelanda está ahora totalmente abierta para los negocios”, dijo la primera ministra, que con esta noticia adelanto dos meses, según el plan gubernamental, la reapertura fronteriza. La decisión busca apuntalar la industria turística, que es Vita para la economía de la isla.

Nueva Zelanda fue elogiada en algún momento de la crisis sanitaria por su política de control de la pandemia, pero luego recibió críticas por la falta de flexibilidad.

En busca de la mano de obra

“Esta es una buena noticia para familias, empresas y nuestras comunidades migrantes. También les da seguridad y tiempo de preparación a alas empresas aéreas y de cruceros que piensan volver a Nueva Zelanda en las temporadas de primavera y verano”, indicó la gobernante.

Adicionalmente, destacó que habrá incentivos para atraer mano de obra cualificada para paliar la escasez que sufre el país en distintos frentes, como salud e ingeniería.

A principios de febrero, las autoridades anunciaron un plan de reapertura en cinco etapas que comenzó el 28 de febrero al levantar el límite diario para el regreso de nativos y que concluía inicialmente en octubre.

El país oceánico tiene una de las tasas de mortalidad por coronavirus más bajas entre los países industrializados. A la fecha suma más de un millón de casos, con 855 decesos atribuidos al SARS-Cov.2 desde que comenzó la pandemia.