GINEBRA.- Un nuevo informe de Naciones Unidas asegura que, a pesar de la derrota de Estado Islámico y la interrupción del flujo de extranjeros que se unen a sus filas, sigue habiendo decenas de miles de militantes extremistas entre los dos países árabes. Lanzado el lunes, el informe de la ONU estima, además, que entre 3.000 y 4.000 combatientes de ISIS tienen su base en Libia, mientras que algunos de los operadores clave del grupo están siendo reubicados en Afganistán.
A principios de 2014, Estado Islámico tomó la ciudad siria de Raqqa y la declaró su capital. Unos meses más tarde, el grupo conquistó la ciudad iraquí de Mosul, donde su líder Abu Bakr al-Baghdadi declaró un califato en junio. En un año, el grupo se hizo de la mayor parte del este de Siria y alrededor de un tercio del territorio de Irak. En el mismo año se formó una coalición internacional de 77 países con el objetivo de «degradar y finalmente vencer al ISIS».
En 2017, el grupo fue derrotado militarmente y expulsado en gran medida de las principales ciudades. En enero de 2018, Estado Islámico estaba confinado a pequeñas porciones de territorio en Siria, aunque el nuevo informe asegura que el grupo «muestra una mayor capacidad de recuperación» en el este de Siria. En Siria «todavía puede organizar ataques, no controla completamente ningún territorio en Irak, pero sigue activo a través de células durmientes» de agentes que se esconden en el desierto y en otros lugares, agrega el reporte.