BERLÍN.— El Ministerio de Defensa de Alemania reconoció que suspendió la compra de los vehículos de combate Puma, de fabricación nacional, tras presentar fallas técnicas detectadas durante el último simulacro de tiro.
Tras una serie de filtraciones sobre una supuesta crisis en el Ejército alemán, las autoridades bávaras confirmaron que sí existen problemas en un arsenal que ya había sido destinado para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Los vehículos Puma iban a ser enviados al área de Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF, por sus siglas en inglés) de la OTAN, una unidad de respuesta rápida que liderará Alemania en 2023.
Actualmente, la alianza atlántica da entrenamiento y armamento a las Fuerzas Armadas de Ucrania, que desde hace casi 10 meses mantienen una disputa con el Ejército ruso.
La VJTF es una brigada multinacional que puede estar compuesta hasta por cinco batallones de maniobra, con apoyos por vía aérea, marítima y fuerzas especiales. Se trata de un cuerpo de seguridad capaz de desplegarse en pocos días para combatir cualquier amenaza a los países integrantes de la OTAN.
El 18 de diciembre, la revista alemana Der Spiegel informó que ninguno de los 18 vehículos Puma que participaron en los ejercicios estaba listo para el combate. Lambrecht dijo que un panel interinstitucional había estado analizando los fallos técnicos desde el 17 de diciembre.
Según la ministra alemana de Defensa, los Puma serán reemplazados por vehículos blindados Marder más antiguos para cumplir el compromiso que ya tenía Alemania con la OTAN.
El pasado 3 de diciembre, medios alemanes revelaron que Alemania podría estar en la lista de países cuya reserva de municiones está en niveles por debajo de los mínimos que pide la OTAN.
De acuerdo con la información filtrada a la prensa, la Bundeswehr (las Fuerzas Armadas alemanas) solo tiene municiones para soportar dos días de combates intensos, cuando el mínimo que pide la OTAN es de 30 días.
Según estimaciones de la agencia Deutsche Welle, para subsanar este déficit se requiere una inversión de entre 20.000 y 30.000 millones de euros.