La abstención podría afectar la gobernabilidad

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BRASILIA.-   Se espera que una cifra récord de brasileños no participe de las elecciones generales de octubre. Según encuestas y estudios que plantan la posibilidad de quien quiera que gane, deberá enfrentar todo tipo de problemas para gobernar la la nación más poblada de Latinoamérica.  Esto supone también que las confrontaciones políticas de los últimos años que terminó con el juicio político de la expresidenta, Dilma Rousseff en 2016 y la ascensión del vicepresidente Michel Temer, quien se convirtió en el presidente más impopular en la historia del país , están lejos de terminar. 

La abstención de los brasileños puede deberse a que muchos de ellos siguen molestos por la caída de Rousseff, que fue vista más como un derrocamiento político que como un castigo por un delito. Además del fragmentado sistema político del país, con más de 30 formaciones con representación parlamentaria, supone que los presidentes deban invertir buena parte de su capital político en la formación de coaliciones. En última instancia un mandatario débil lo haría más difícil. 

Los brasileños han perdido la fe en sus líderes electos, en parte por el mayor escándalo de corrupción en la historia de la región. Lanzada en 2014, la llamada Lava Jato, una investigación sobre los sobornos pagados por empresas de construcción que ha llegado hasta los políticos más altos del país, así como también a los empresarios. Uno de ellos es el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien encabeza las encuestas para los comicios de octubre a pesar de estar cumpliendo una condena por corrupción de 12 años. 

Es muy probable que las autoridades electorales no permitan la presencia de Lula en la boleta, que sería uno de los factores que podría desanimar a los votantes del Partido de los Trabajadores. Antiguos partidarios de la formación perdieron la fe en ella ya que estaba en el poder cuando ocurrió gran parte de la corrupción. 

El voto es obligatorio en Brasil, sin embargo la multa por no hacerlo es el equivalente a un dólar, lo cual tiene poco efecto sobre los que prefieren no asistir a las urnas.